martes, 24 de noviembre de 2009

Norelvi Peña















"Los médicos no me quisieron hacer cesárea, sino que me aplicaron fórceps. Creo que en ese momento le hicieron daño en la cabeza. Porque después la vieron los neurólogos y le diagnosticaron una lesión en la región temporal izquierda", recuerda Norma de Peña. "Cuando Norelvi nació, hace 36 años, no se sabía mucho del autismo. Noté que tenía los pies planos y la llevé al médico. Al principio, dijeron que mi hija tenía retardo psicomotor. Pero después nos trasladamos a Barinas y, estando allí, un día leí un artículo en una revista que hablaba de autismo y todo lo que decía allí coincidía con la manera en que se comportaba mi hija". En ese tiempo Norma había inscrito a su hija, que ya tenía ocho años, en el preescolar al que asistía su hermanita menor.

La psicóloga de esa escuela fue quien hizo el contacto con Sovenia, donde entrenaron a Norma para estimular el desarrollo de Norelvi en casa. "Después, ella estuvo estudiando educación especial y no llegó sino a tercer grado. Su autismo no es tan avanzado como en otros casos. Ella se peina, se pinta las uñas, es muy coqueta. También le gusta ayudarme en casa. Tiene cierta noción del tiempo, porque fija fechas de cuándo quiere hacer las cosas. Pero no habla sino con nosotros y a medias, delante de extraños no pronuncia palabra". Al estudiar su caso, la doctora Lilian Negrón notó que Norelvi tenía habilidad manual y, por eso, le propuso a Norma que impulsara a su hija a desarrollar sus destrezas construyendo cosas. "Por eso la fui metiendo en todos los talleres que encontré en los que la aceptaban. Ha hecho piñatas, ha trabajado con cerámica y costura en máquina. A ella sólo le basta que le muestren qué es lo que quieren que haga con sus manos y logra hacer cosas muy lindas. Ahora mismo, está bordando bolsos y hace bisutería. Le ha ido tan bien que su hermana ha llevado las cosas que hace a su trabajo y se las compran todas", dice Norma, quien comenta que sigue llevando a su hija a Sovenia dos veces por semana. "Lamentablemente los cursos duran poco y no quería tenerla encerrada en casa. Me gusta que salga y que esté con otra gente, auque ella no sea comunicativa".

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